Dos meses. Bueno, casi dos meses han pasado desde mi última publicación. Increíble cómo pasa el tiempo.
La verdad es que en aquella última entrada prometía el oro y el moro, sumándole que además os tenía con publicaciones casi semanales. Madre mía… Toda esta problemática viene cuando no sabes a lo que te vas a enfrentar en el último cuatrimestre de la carrera y luego, sin previo aviso, aparecen trabajos, entregas cada poco tiempo y con los exámenes a la vuelta de la esquina. No solo eso, sino que mi mente decidió además que era buen momento para entrar en una especie de “desconexión” y no me ha dejado escribir ni siquiera un ratito.
Lo que quiero decir en esta entrada es que no os tengo abandonados, ni a vosotros los lectores ni a este este proyecto, y que sigo vivo (o al menos los pedacitos que quedan de mi ser lo pueden demostrar). A ver si durante este mes de abril vuelvo a las andadas y tras la época de exámenes que me espera vuelvo a inundar vuestras pantallas con mis relatos e historias sinsentido. ¡Pero no prometo nada! Que sino luego me meto en unos fregados...
Bueno, espero que disfrutéis del sol primaveral y del buen tiempo que nos acompaña estos días mientras yo sigo enfrascado delante del ordenador estudiando… ¡Qué remedio!
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